martes, 10 de enero de 2012

CARTA DE REYES AL COLE

Hace 12 años que ya  no estoy trabajando  en el Alborada, pero  ¡ si celebramos el 25 aniversario, lo celebramos todos los que hemos  compartido , disfrutado y sufrido, la vida de este cole durante algún tiempo!
Estuve en el colegio Alborada nada más y nada menos que  10  años, desde el curso 1990 hasta el 2000, de mis treinta a mis cuarenta años. Aunque ya llevaba siete cursos trabajando como PT, el verdadero aprendizaje de mi profesión  se lo debo  en gran parte a mis vivencias en el cole.
Allí aprendí  muchas cosas que me aportaron  tanto mis compañeros y compañeras, como las familias y principalmente los niños y niñas.
Los primeros cursos fueron años convulsos en cuanto a la convivencia  y la dirección del centro: cambios de directores, cartas amenazantes, juicios contra la administración, enfrentamientos entre colectivos…Uff!  Menos mal que el trabajo con los chicos y chicas era  suficiente recompensa. Entre mis primeros y más queridos alumnos recuerdo, yo creo que para siempre, a Iván y  Ricardo.
Luego llegó Beatriz a la dirección  y la dinámica del centro cambió .Empezamos a trabajar todos como una piña y a investigar: Nuestros alumnos nos lo pedían con sus necesidades, no del todo  satisfechas, principalmente la de Comunicación. Aunque ahora parezca mentira, no estaban extendidos los Sistemas de Comunicación Aumentativa. Fuimos el grupo de gente que en esos años estábamos trabajando en el Alborada los que nos fuimos  autoformando desde  cero. Poco a poco y probando. Recuerdo aprendizajes de Bimodal, señalizaciones de  espacios del centro,  creación de tableros de comunicación con Boardmaker, investigación con programas de ordenador y elementos de acceso que facilitarán la comunicación de sus necesidades y favorecieran el aprendizaje y el ocio de nuestros  alumnos…¡ En fin, todo un mundo por descubrir! Afortunadamente, los avances han sido maravillosos porque  hoy no se concibe una persona sin SAAC, pero hasta entonces, el que no hablaba…no hablaba. En este sentido, no puedo dejar de nombrar a Raquel, sin lenguaje oral, pero con las mayores ganas del mundo de comunicarse con los demás y lo que ella nos motivó a buscar alternativas.(Era muy triste que una persona se esté quemando y no sea capaz de decirles a los que quieren ayudarla qué le pasa). Otro alumno que recuerdo con emoción es Alfonso,  con TGD y graves trastornos de conducta, que mejoraron de forma asombrosa en cuanto le proporcionamos medios para comunicarnos con él.
También quiero nombrar un aspecto que a mí personalmente, me motivó aún más que la comunicación: Soy una defensora a ultranza de los aprendizajes funcionales. En mis años en el Alborada empezamos a practicar habilidades  de la vida diaria. Luchamos por llevar a cada alumno/a  al máximo de sus posibilidades de autonomía personal y social. Recuerdo sesiones de higiene personal, vestido, orientación espacial, compra por las tiendas del  barrio, recetas de cocina, etc.
Otro aspecto en el que considero que fuimos pioneros es  en favorecer la integración de  las personas con discapacidad en los entornos normalizados. ¿Que hay que ir de excursión en tren? ¡Pues se va! ¿¿Qué no hay rampas, ni plataformas para subir las sillas? ¡Pues a pulso! ¡Nos echamos unas cuantas riñas con los de Renfe!

Quiero terminar diciendo que admiro la profesionalidad, la motivación y el esfuerzo de todos los profesionales que trabajan en Centros Específicos, veo por el mundo a pocas personas tan motivadas por el trabajo que hacen. ¡Algo importante nos deben dar el alumnado y sus familias! ¡Un abrazo y adelante! REYES

¡ SOY REYES, UN BESO DESDE MI NUEVO COLEGIO !

1 comentario:

Colegio Público Educación Especial ALBORADA dijo...

Reyes, muchas, muchas gracias por tus palabras.

Es verdad que Alborada, como otros colegios específicos, no dejan indiferentes a las personas; pero también hay profesionales que no dejan impasibles a los colegios por los que pasan, tú eres una de ellas.

Tu recuerdo se queda en quiénes tuvimos la suerte de coincidir contigo, sin embargo, tu espíritu e inquietudes profesionales permanecen en el alma de Alborada.

Besos
Ángeles y Conchita