Llevo tiempo
queriendo escribir en el blog y si he tardado tanto es porque no sabía
por donde empezar.
El colegio Alborada es hoy mi destino, el destino que elegí
hace no demasiado tiempo, al aprobar las oposiciones de AEE. Este mes cumplo en él un año de funcionaria. Aquí no encontré mi plaza, encontré mi sitio. Un
lugar que se ha entrecruzado varias veces a lo largo de mi vida.
Hace 25 años.
Encontré el miedo a lo desconocido con la inocencia de una
niña que no entendía por qué nosotros.
A pesar de las protestas de las familias, yo cursé 5º de E.G.B.
en un aula del ALBORADA, debido a que el Colegio Río Ebro estaba desbordado de
alumnos y sin espacios.
El temor y la burla de los otros compañeros se convirtieron
en una bonita relación con niños “diferentes”.
Compartíamos tardes de juegos con ellos, aprendiendo cosas
que no enseñan los libros.
Pasaron los años.
Ocurrió cuando un pequeño “Ángel” de 3 añitos, al cual yo
cuidaba en su casa comenzó el colegio.
Otra vez se cruzó el ALBORADA.
Lo recogía en la parada de la ruta, siempre con una gran
sonrisa (todavía baja con ella).
Conocí el gran trabajo de los profesionales, viendo crecer a
Dani y sus pequeños logros.
Con los pictos nos señalaba
cuando tenía físio o cuando había ido a la piscina, sus primeros gestos
y los festivales de Navidad que nos hacían
disfrutar.
El 22 de Diciembre del 2008, día de la lotería, una llamada me comunicó que debía dejar el colegio donde trabajaba y cambiar mi destino. Mi nuevo centro era ALBORADA. Lloré todo el día pues mi trabajo me gustaba y era feliz allí.
Volví a sentir el miedo, como al principio de mi relación con el centro, a lo desconocido.
Cuando llegue encontré a compañeros/as que hicieron la
adaptación al nuevo trabajo mucho más fácil y me enseñaron muchísimo.
A todas/os y cada uno de ellos, los que forman este colegio
“especial” les debo mucho.
Podría nombrar a mucha gente, que sigue con mucha dedicación
cada día configurando un cole mejor y grandes objetivos con los chicos. A otros
que ya no están y que también dejaron su magia.
Su cariño en momentos malos, sus risas y alegría durante
tantos ratos y el apoyo incondicional de mucha gente que me hizo formar parte
de esta grande y peculiar comunidad.
Sobretodo quiero felicitar por estos 25 años a los alumnos
que cada día me enseñan a ser mejor persona, a sonreír pese a todo, a trabajar
aunque cueste y a no rendirme nunca. Incluso cuando gritan y muestran su
particular “lado malo” (como el que
todos tenemos). Gracias a ellos y sus familias.
Y dejo para el final lo más grande e importante que me
aconteció en el ALBORADA, encontré el
amor incondicional, que ha dado vida al motor de la mia: NOA.
DIANA, AUXILIAR DE EDUCACION ESPECIAL
5 comentarios:
Espero que estés tan a gusto en el cole como yo,a pesar de que a veces ,como en todos los aspectos de la vida ,haya muchas dificultades.Espero que seas feliz,porque tienes muchas razones para estar así de guapa.Consuelo
Creo que a todos nos parece difícil describir el primer día de cole, las sensaciones, el miedo de no estar a la altura... Pero pasado ese primer momento, solo te dejas llevar, los compañeros/as, el ambiente y sobre todo nuestros chicos y chicas, éllos son los que marcan nuestro ritmo y nuestro día a día, son los que nos hacen una comunidad tan especial gracias a esa extraordinaria sensibilidad que nos transmiten.
Y a ti Diana, que espero que sigas aquí, porque tú también estás en los buenos momentos y en los no tan buenos con tu dulzura, con tu cariño, ya sabes,a veces es suficiente con una mirada.
Un beso. Ana Reyes.
Qué bonito lo que cuentas Diana. Ya que hablas de cruces de vida bonitos, quiero aprovechar para decirte que ni te imaginas lo felices que nos ha hecho que te cruzaras en nuestras vidas gracias a Dani. Besicos de "siempre serás nuestra diana-angelita de la guarda", nuestra niña querida, ¡y nos alegramos tanto de que seas feliz y de que te pasen cosas bonitas!!! Hacéis una familia preciosa Juan, Noa y tú. Dani y su familia, os queremos mucho!
Que bonito Diana!!
Tu vida y la mía se han ido cruzando sin saberlo hasta hace poco.
Yo también estudie en el Rio Ebro hasta que nos mudamos a otro barrio.
Quien me iba a decir que años mas tarde acabaría trabajando en el cole de al lado, la Alborada.
Este ha sido mi primer año, espero que haya muchos mas.
Llegue aquí en un momento de mi vida en el que necesitaba muchos abrazos y estos niños me dieron esos y alguno mas de regalo.
Sobre todo Dani Mena, nuestro "angel". Yo creo que sus besos y sus abrazos son terapéuticos, jeje.
Un beso, Raquel.
YO ECHO DE MENOS A JUAN Y A DIANA.UN BESO PARA NOA. MARTA
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